Madrid y Cataluña se pelean por liderar la nueva economía digital
Pocas veces los números hablan tan claro. Este 2025, España ha alcanzado las 5.010 startups activas y 8.580 empresas tecnológicas, y eso no es una anécdota. Es una señal clara de que algo está cambiando de fondo. No hablamos ya de ilusión o de futuro prometedor. Hablamos de presente. De impacto real.

Lo más interesante es ver cómo se reparte este impulso. Madrid y Cataluña siguen siendo el núcleo duro del ecosistema tech, pero algo ha cambiado: Madrid ha adelantado por primera vez a Barcelona en startups, scaleups y empresas tecnológicas en total. Ya no solo crece más rápido, sino que empieza a consolidar ese liderazgo. Y eso no ocurre por casualidad.
Detrás hay varias cosas. Desde políticas públicas que han sabido atraer inversión, hasta una base de talento que empieza a madurar. En la capital, ya se cuentan 937 startups frente a las 911 de Barcelona. Las scaleups también reflejan el cambio: 112 frente a 93. Es poco en número, pero mucho en lo simbólico. Por primera vez, el mapa cambia de forma.
Las cifras crecen, pero no todo va igual de rápido
Más allá de las grandes ciudades, también hay movimiento. Comunidades como la Valenciana, el País Vasco o Andalucía están consolidando su hueco. Cada vez más proyectos nacen lejos de los focos y se hacen grandes desde ahí. A veces sin ruido. Pero con recorrido.
En total, el ecosistema tecnológico ha crecido un 22 % en solo un año. Y eso se traduce en más empleo (más de 108.000 puestos directos), más riqueza (casi 15.000 millones de impacto económico) y, sobre todo, más presencia internacional. Porque muchas de estas startups no se quedan en casa. Salen fuera, levantan rondas, compiten.
Dentro de todo ese tejido, hay sectores que destacan especialmente. La salud, por ejemplo, lidera en número de empresas y en empleo generado. También se están consolidando otras áreas como la biotecnología, la educación digital, el foodtech o las finanzas tecnológicas. Hay más variedad, más especialización. Y eso hace que el ecosistema sea más resistente.
Pero, ojo, no todo va igual de bien. Hay retos que siguen ahí, esperando a que alguien los enfrente. El más evidente, y el más preocupante, es la brecha de género. Solo un 17 % de las personas que fundan empresas tecnológicas en España son mujeres. Y si hablamos de scaleups, ese porcentaje baja al 10 %. No es solo una cuestión de números. Es un síntoma de algo más profundo. Algo estructural.
Lo curioso es que, cuando ellas fundan, lo hacen muchas veces en equipo. La figura de la mujer que emprende sola sigue siendo rara, incluso en un entorno como este. Y eso no debería ser así. Si de verdad queremos que este crecimiento sea sólido, diverso y duradero, no podemos dejar a la mitad del talento fuera de juego.