Autónomos y pymes reclaman PPES: solo 53 000 usuarios usan planes de pensiones simplificados

El plan existe, pero casi nadie lo conoce

Hace más de dos años se lanzaron los Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES) como una especie de salvavidas para autónomos y pequeñas empresas. Una herramienta pensada para ahorrar de forma constante, con ventajas fiscales, comisiones bajas y el objetivo de completar la pensión pública sin tener que volverte loco con los productos tradicionales. Sobre el papel, pintaba bien. Pero aquí va el dato: a día de hoy, solo 53 000 autónomos los están usando. Sí, en un país con más de tres millones de trabajadores por cuenta propia.

¿Y por qué tan pocos? No es que no hagan falta. El problema es que muchos ni saben que existen. Y los que lo saben, muchas veces no tienen claro cómo se contratan, con qué condiciones o si realmente les compensa a largo plazo. Es una de esas ideas bien planteadas, pero mal aterrizadas. Una oportunidad real de ahorro que se ha quedado en tierra de nadie por falta de comunicación, de formación y de voluntad política para empujarla en serio.

Mucho potencial, poca acción

Los PPES permiten aportar hasta 5.750 euros al año con beneficios fiscales claros: 1.500 pueden ir a planes individuales y los 4.250 restantes a este tipo de plan colectivo, más ventajoso. Es decir, el incentivo está. Pero si apenas se usa, algo falla. Parte del lío está en que el acceso a estos planes pasa por entidades promotoras: colegios profesionales, asociaciones, mutualidades… y no siempre está claro quién los gestiona ni cómo empezar. Eso, para un autónomo que ya va justo de tiempo y con la cabeza en sus clientes, es una barrera más.

Además, la tributación en el momento del rescate no ayuda. Todo lo que aportes se deduce hoy, sí, pero cuando lo cobres tributará como renta del trabajo. Y eso, para muchos, genera más dudas que certezas. Si a eso le sumas que muchos autónomos no confían del todo en el sistema público ni en las fórmulas colectivas, ya tienes el cóctel completo.

Las pymes, por su parte, tampoco están muy metidas en esto. Solo un 15 % ha contratado un plan de empleo para su plantilla, y más del 60 % directamente no tiene ni idea de que existen. Hay un vacío entre lo que la ley ofrece y lo que las empresas entienden. Y mientras tanto, sigue sin moverse el gran proyecto de los Fondos de Pensiones de Empleo de Promoción Pública, que deberían servir de apoyo, pero están completamente parados. Ni impulso político, ni interés por parte de gestoras, ni rumbo claro.

Todo esto ocurre en un momento en que el sistema público de pensiones está más presionado que nunca. Los autónomos cotizan menos que los asalariados, tienen carreras laborales más inestables y, en general, se enfrentan a jubilaciones más ajustadas. Justo por eso, herramientas como los PPES podrían marcar la diferencia. Pero solo si se usan.

Hoy por hoy, los que han accedido a estos planes lo han hecho a través de entidades profesionales que sí han sabido promocionarlos. Pero incluso entre ellos, el conocimiento no es generalizado. Hace falta una campaña de verdad, no solo para explicar cómo funciona el producto, sino para situarlo como lo que realmente es: una alternativa eficaz de ahorro para el largo plazo.

Puede que ahora no te plantees tu jubilación. Lo urgente siempre tapa lo importante. Pero si estás por tu cuenta y no quieres depender solo del sistema público, deberías saber que existe algo llamado PPES. Y que, aunque ahora esté en pañales, puede ser la diferencia entre llegar justo o llegar con algo más. Porque no se trata solo de ahorrar, se trata de hacerlo bien, con criterio, y con un producto pensado para ti, no para grandes empresas ni para perfiles con nómina estable.

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