Pudiera parecer que la evolución de los dispositivos, apuntando a la sustitución en las oficinas de los dispositivos de sobremesa en favor de la movilidad, apuntaría a un cambio en la fisonomía de los despachos y oficinas que, en un futuro próximo pudiera incluso pasar por la desaparición de la tradicional mesa de oficina. Sin embargo, lejos de desaparecer, la mesa de oficina pasa por un momento creativo de reinvención, donde encontramos propuestas muy interesantes (o muy extravagantes)
Vamos a repasar con usted tres de las propuestas más punteras y avanzadas en concepto de diseño de mesas de oficinas, aunque, ya adelantamos, no parece que sean excesivamente aplicables (al menos alguna de ellas) a nuestro concepto tradicional de mesa de trabajo.
THE SUPERDESK
Hay mucho de exhibición de marca en este enorme artefacto en el forma de mesa continua. Resulta normal teniendo en cuenta que la empresa que la alberga gestiona precisamente la imagen de muchas marcas relevantes. Sin embargo, no deja de ser interesante ese concepto de continuidad que une el trabajo de todo el mundo presente en la oficina, extravagante si, con cierto sentido también.
THE KINETIC DESK
En esta mesa ya encontramos elementos innovadores que nos hacen pensar en las mesas del futuro. Diseñada por un ex ingeniero del proyecto iPod de Apple, la mesa es capaz de detectar nuestra presencia a través de sensores termales así como de adaptar su altura y situación de manera muy simple entre otras muchas utilidades.
THE PULLL-UP BAR DESK
Tambien en este caso nos encontramos con una adaptación del espacio y del propio concepto de la empresa al modelo de entorno de trabajo, mesas incluidas, que, a la postre, es sin duda la tendencia más destacada. Ajustar la actividad personal, profesional y las relaciones en el entorno laboral y hacerlo de manera personalizada parece ser el futuro para entender la evolución del mobiliario de oficina, ahora bien, ¿esto es para todos?, siendo realistas no parece que sea un modelo muy aplicable a nuestro actual concepto de pyme.
