Todo lo que debes saber sobre el seguro de contratista

Los seguros de contratista son un elemento muy importante dentro del sector de la construcción. Pero, no debemos pensar que se trata de seguros asociados sólo a las grandes empresas constructoras.

También las empresas pequeñas, delicadas a reformas u otro tipo de tareas de menor volumen en la construcción, pueden beneficiarse de las ventajas de este tipo de seguros. 

¿Qué son los seguros de contratista?

Se trata de pólizas de seguro orientadas a las pequeñas y medianas empresas. Realmente, son seguros que se orientan de manera específica a cualquier tipo de riesgo que pueda derivarse del desempeño profesional de la empresa.

Habitualmente, en este tipo de pólizas de seguro vamos a encontrar coberturas diferentes que pueden ir desde protección ante los accidentes hasta respuesta legal a demandas, materiales robados, pérdida de ingresos, etc.

Es decir, además de cubrir aquellas eventualidades relacionadas directamente con el trabajo realizado, estos seguros pueden proteger al trabajador ante otro tipo de eventualidades.

¿Para quién son los seguros de contratista?

No existe un perfil único, pero, podríamos encontrar dos grandes grupos a los que se destina este tipo de póliza de seguro.

El primero de ellos son los contratistas. Este perfil es ser responsable de la supervisión de la finalización de un proyecto y en cumplimiento de los contratos. Imagina, por ejemplo, que has realizado una obra de ampliación en tu casa: el contratista general será quien sea responsable de la ejecución y cumplimiento de dicha obra.

El segundo es en el subcontratista. En este caso, se trata de un perfil profesional contratado por el contratista para ejecutar los proyectos. En este caso, siguiendo con el ejemplo anterior, podría ser cualquiera de los gremios implicados en la obra de ampliación de la vivienda. De la misma manera que el contratista informa directamente al cliente, el subcontratista informa a quien le contrata: a contratista.

Aunque parezca un galimatías, es importante entender este aspecto ya que ambos perfiles, que se pueden beneficiar de seguros profesionales, son diferentes y tienen diferentes responsabilidades.

Eso sí, da igual que se reúna uno u otro perfil, el modelo de seguro, habitualmente, va a ser muy similar.

Las coberturas de estos seguros

Realmente cuando se habla de un seguro de contratista se hace referencia a un grupo de coberturas o de seguros diferenciados encuadrados en una única póliza. Es decir, dentro de la misma contratación, tenemos diferentes seguros asociados, cada uno de ellos con sus coberturas y herramientas de protección por separado.

Lo más habitual sería encontrar este tipo de coberturas:

  • Responsabilidad comercial: es una cobertura que puede cubrir desde daños a la propiedad hasta lecciones causadas a terceros (no empleados). Es una de las coberturas más habituales y puede tener diferentes importes dependiendo del tipo de seguro
  • Propiedad comercial: en este caso, la cobertura hace referencia tanto a los equipos comerciales como a la propia ubicación de la empresa o negocio. Va a cubrir los equipos arrendados, las herramientas y materiales, los muebles de oficina, computadoras, etc. También, por extensión, puede cubrir no sólo el contenido sino el continente, aunque, generalmente este va protegido en un seguro de inmueble.
  • Cese de negocio/ingresos: es una cobertura cada vez más común en la mayoría de seguros de contratista. Lo que hace es proteger al asegurado en caso de cierre temporal del negocio por alguna incidencia contemplada en la propia póliza como pueden ser robos o incendios. Lo que hace esta cobertura es proporcionar ingresos en relación a los que no se van a percibir durante el cierre. Existen diferentes niveles de cobertura que pueden llegar hasta una valoración del 100% de las perdidas

Si bien estos son los seguros adicionales o coberturas más habituales, no son los únicos. Podemos también encontrar otro tipo de coberturas, por ejemplo, el riesgo de constructor que cubre propiedad y materiales de construcción, empleado habitualmente en nuevos proyectos de construcción o en remodelaciones.

Otro seguro que puede incluirse es el de vehículo comercial, destinado a la cobertura aseguradora de los vehículos de empresa. Aunque, hay que diferenciar, no se trata de un seguro de automóvil si no de un vehículo utilizado para el transporte de materiales o para reuniones, etc.

Por último, también es relativamente frecuente la presencia de seguros comerciales que puedan responder a demandas motivadas por el desempeño profesional de la empresa. Estos seguros pueden cubrir gastos judiciales, pero también, puede llegar a cubrir las multas o costes del pago de indemnizaciones.

¿Qué cuesta un seguro de Contratista?

Al tratarse de un tipo de seguro que tiene una configuración diferente dependiendo de los seguros y coberturas adicionales, no existe un precio único. Hay que tener en cuenta que se deben valorar diferentes aspectos para poder obtener una tarifa concreta.

Los elementos que más van a influir en el precio de tu seguro de contratista son:

  • La cantidad de cobertura que incluya: sumando no sólo el número de coberturas sino también el importe de las mismas. Por ejemplo, no es lo mismo una responsabilidad civil de 100.000 $ que una responsabilidad civil de 500.000 $.
  • El número de empleados: este es otro factor importante. A mayor número de empleados mayor coste de seguro de compensación.
  • Historial asegurador: el historial de la empresa también es un elemento que puede encarecer la póliza. Un historial con muchos partes al seguro no es un buen aliado de una póliza económica

También es frecuente que la aseguradora pueda valorar otros factores como los activos de negocio, si la propiedad comercial está en posesión o en alquiler, la ubicación de negocio, etc.

Para hacernos una idea más exacta, deberíamos sumar precios medios de las coberturas o seguros que componen un seguro de contratista. Por ejemplo, la responsabilidad general puede rondar los 1000 $ anuales, la compensación de trabajadores alrededor de 3000 € anuales, los seguros por errores y omisiones pueden costar en torno a los 600 $. Con la suma de estas medias podemos obtener una póliza más o menos completa.

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