Financiar un coche: ¿financiera o préstamo personal?

La hora de comprar un vehículo, nuevo o usado, en muchos casos debemos recurrir a financiación. Habitualmente esta financiación puede provenir de diferentes fuentes, pero las más habituales serán o acudir al banco a solicitar un préstamo personal o utilizar los propios servicios financieros de los concesionarios o marcas.

Vamos a tratar de analizar de manera sencilla en qué casos puede ser más recomendable una opción que otra, o, si existen muchas diferencias.

Financiera o préstamo personal

En primer lugar, lo que debemos señalar es que, con el paso del tiempo, la oferta de financiación entre financieras y entidades bancarias se ha acercado mucho. Esto significa, que, aunque podemos encontrar diferencias de los intereses como veremos más adelante, estas diferencias ya no son tan grandes.

Tanto es así que, no resulta raro, que la decisión final no la tomemos por los intereses ya que no serán tan distintos los unos de los otros.

¿Entonces cómo saber qué es lo más interesante para nuestro bolsillo? Pues acudiendo a las posibles ventajas que una u otra opción pueden proporcionar.

Hay que tener en cuenta que, por un lado. los bancos suelen tender a ofrecer condiciones especiales a clientes vinculados.

Esto significa que, si mantenemos una vinculación con una entidad financiera, por ejemplo, domiciliamos nuestros ingresos, tenemos operaciones de ahorro o de inversión, tenemos contratado una hipoteca, etc., es probable que podamos acudir algún tipo de beneficio en la financiación.

Un ejemplo son los préstamos pre concedidos, cantidades de dinero que ya están concedidas de antemano cómo financiación, aunque no las utilicemos, y de las que podemos disponer en apenas unas horas tras su solicitud ya que se encuentran pre concedidas. Estos préstamos habitualmente mantienen intereses más bajos que la media, y más competitivos que la oferta de consumo habitual.

Por otro lado, las financieras, suelen ofrecer algunas ofertas concretas en función del tipo de vehículo, de si se entrega otro vehículo o no, o incluso de los plazos elegidos. Estas ofertas también se pueden traducir en una mejora de los intereses o los gastos, o incluso en algunos periodos de carencia.

Llegados a este punto, como podemos entender, el resumen va a ser sencillo, y es que lo que realmente debemos hacer en todos los casos es una comparativa.

Es lo más adecuado para poder tomar una decisión fundamentada. La comparativa se basará en contrastar el documento que nos propone el banco en cuanto al préstamo, y el documento que nos pueda ofrecer la financiera del concesionario o de la marca. Y es en esa comparativa donde vamos a encontrar aquí oferta que realmente mejor se adapte a nuestro bolsillo. Recordando siempre que, la reducción de intereses no tiene por qué ser necesariamente, en primera instancia, el indicativo básico en el que fijarnos.

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