Liderazgo y manipulación

Las fronteras entre la manipulación y la persuasión son muy livianas. Probablemente de hecho estemos más acostumbrados a movernos cerca de lo primero que de lo segundo, ya que, por ejemplo, cuando la publicidad pretende modificar nuestra percepción de un producto dicha frontera se vuelve todavía más difícil de precisar.

El general estamos en contacto con la manipulación desde la más tierna infancia, la elaboración de estrategias para obtener objetivos concretos no es algo ajeno incluso los bebés, sin embargo, a medida que crecemos y nos incorporamos al mundo, vamos descubriendo como, efectivamente, la manipulación está presente en nuestras vidas y casi nunca de manera acertada.

Persuadir o manipular

¿Pero qué es manipular?

Esto se puede llevar a los ámbitos más diversos y tener diferentes lecturas que cada uno de ellos. La manipulación en el ámbito familiar, no es la misma que en el entorno de amigos, y, por supuesto, ni de lejos es parecida a la que puede ejercer un líder en el ámbito de una empresa o proyecto empresarial.

En este último caso, que es el que nos interesa ahora, podríamos decir que estamos ante un modelo de persuasión en el que se ponderan las razones positivas sobre lo que se pretende imponer por encima de cualquier otro criterio, ocultando incluso si es necesario posibles aspectos negativos.

Poniendo un ejemplo extremo de manipulación, se puede acudir a aquel concepto tan desgraciadamente común de mejor conformarse ya que tienes un empleo, un modelo burdo pero muy empleado de manipulación para frenar al empleado en múltiples ocasiones.

¿Por qué buen líder no debe manipular?

Podríamos acudir a cuestiones morales, y de hecho lo haremos más adelante, sin embargo desde el mero punto de vista empresarial, a medio plazo la manipulación nunca es una buena solución.

Debemos tener en cuenta que la manipulación se basa en dos factores fundamentalmente, por un lado la capacidad de comunicación del manipulador, que es capaz de gestionar la labia para convencer de lo que sea a sus interlocutores, y, por otro lado, de la capacidad de respuesta del manipulado, que como colectivo en el caso de las empresas puede perfectamente despertar en cualquier momento y contribuir a la desestabilización del proyecto empresarial.

La manipulación al final no aporta beneficios a largo plazo ninguna de las partes, generalmente ni siquiera manipulador más allá de los posibles beneficios a corto plazo, sin embargo, el uso de cualquier medio para justificar el fin a corto plazo acaba corroyendo cualquier modelo de liderazgo a futuro, y sin duda siendo uno de los elementos de crítica más feroces contra los líderes en las empresas, que, acaban aislados y tomando decisiones individuales generando el peor de los escenarios posibles; un líder manipulador y autoritario.

La persuasión

La persuasión es una cualidad beneficiosa en este caso, y realmente tener capacidad de persuasión lo es en todos los casos.

Uno de los mayores obstáculos para que los líderes asuman la persuasión por encima de la manipulación, es que la persona que trata de persuadir en ocasiones tendrá que ceder para lograr un objetivo común de beneficio a ambas partes.

Las ventajas de las personas que utilizan la persuasión como líderes con respecto a los que utilizan la manipulación son evidentes, a la larga la confianza que generan motiva una reacción mucho más positiva en su entorno directo, motiva una identificación superior de los trabajadores con su empresa y su líder, mientras que el trabajador manipulado y consciente de ello procurará tan sólo sobrevivir, el trabajador confiado que valora a su líder valorará también la progresión de la empresa.

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